Los problemas que ocupan la atención del las personas son cada vez más incipientes. Ahora el problema de muchos es no ser aceptado en Twiter, en Face Book, en Sónico, o en cualquier otro lugar “Social”. Vestirse a la moda, comprar perfumes de buenas marcas y vivir bajo lo que las normas sociales indiquen como correcto.
El interés por las redes sociales parece ser, un vuelco masivo de diverso público. Los medios masivos de comunicación están estrechamente vinculados a la economía, a la ideología, a la política y por supuesto a los gustos estéticos.
Si alguna persona no se siente atraída por los colores utilizados en la televisión, los periódicos. Entonces seguramente se cambiaría a otro medio de su interés. Esto no ocurre en la radio, entonces se recurre a voces agradables y distintos tipos de tonos.
Los cambios en la estructura social están complejamente organizados. Hitler por ejemplo, hizo suya la violencia organizada y coerción masiva. En Estados Unidos la coerción directa se ha minimizado. Si alguien no adopta las convicciones y actitudes defendidas por algún grupo de poder por ejemplo, “la Asociación Nacional de Industriales”, no se les puede eliminar ni encerrar en un campo de concentración. Quienes desean controlar las opiniones y convicciones de nuestra sociedad recurren menos a la fuerza física y más a la persuasión de masas.
Otra fuente de preocupación generalizada por la función social de los medios masivos de comunicación, aparece en sus presuntos efectos sobre la cultura popular y los gustos estéticos de su público.
Se menciona que, en la medida que la población ha aumentado el nivel del gusto estético se ha deteriorado. Y se teme que los medios masivos de comunicación intencionalmente proporcionen auge a estos gustos vulgarizados, contribuyendo así a un mayor deterioro de la sociedad.
Probablemente estos constituyen con tres elementos orgánicamente vinculados, de nuestra gran preocupación por los medios masivos de comunicación. Muchos temen en primer lugar su propagación y poderío. Es algo así como un miedo indiscriminado a un fantasma abstracto, miedo que deriva de la inseguridad en la posición social y los valores débilmente sostenidos.
En segundo lugar existe preocupación por los actuales efectos de los medios masivos de comunicación, en sus enormes públicos en particular la posibilidad de la continua embestida de dichos medios pueda conducir a la renuncia incondicional de las facultades críticas y al inconformismo que pueden tener aquellas personas de pensamiento crítico.
Por último existe el peligro de que estos instrumentos de comunicación masiva, tecnológicamente avanzados, constituyan un avance fundamental para el deterioro de los gustos estéticos y de los consensos de cultura popular.
Nos vemos envueltos como dice Marshall McLuhan, en su libro El Medio es el Mensaje “Una sola interpretación de un mismo código puede significar un número infinito de significados… ¿Qué es más importante el medio, el mensaje o el Canal? la información ha dejado de ser un instrumento para producir bienes económicos, para convertirse en el principal de los bienes. La comunicación se ha transformado en industria pesada. Cuando el poder económico pasa de quienes poseen los medios de producción a quienes tienen los medios de información, que pueden determinar el control de los medios de producción, hasta el problema de la alienación cambia de significado.
Frente al espectro de una red de comunicación que se extiende y abarca el universo entero, cada ciudadano de este mundo se convierte en miembro de un nuevo proletariado. Un proletariado con gustos estéticos definidos por el bombardeo constante y volcado seguramente a un consumismo casi estúpido.”
Quizás los gustos estéticos, por lo que es o no aceptado por la sociedad no depende tanto de los medios masivos de comunicación. Puede que estos influencien a enormes cantidades de personas, pero no pueden influenciar a personas con una percepción más desarrollada.
Los actuales gustos estéticos no son entonces más que el reflejo de la ideología de la clase domínate, como lo afirma Karl Marx. De esta forma comprendemos que la versión del mundo que tenemos, ha sido creada con el fin de la subordinación, evitando rebeliones y creando una pasividad narcótica.
Señalando las restricciones impuestas por una estructura comercial de propiedad y control, a los medios masivos de comunicación como órganos de crítica social y como portadores de altos niveles estéticos. Pasamos al último aspecto de la función social de los medios masivos de comunicación, las posibilidades de utilizarlos para avanzar hacia tipos designados de objetivos sociales, desarrollo mental, profundo y crítico de lo que nos rodea.
Así poder crear gustos estéticos apropiados, funciones culturales en la sociedad, comprenderlos y adaptarlos para nuestro bien común.
