Te he divisado desde lo lejos, aunque mis pupilas se desvíen sé que eres tú...
la distancia no me engaña.
Escucho suavemente esa voz de eterno semitono, en un sueño, en un corazón.
La ternura de una piel dispersa, suave, morena ensaya el despertar de un día cualquiera.
Tú, amor que eres tan voluble y volátil, te liberas permitiendo que tu murmullo toque mi alma.
Alma que se desvanece en el viento con una caricia y un beso...
Sonrisa ingenua, oculta en un espejo, no por artificial sino por ser plena y divisible en el mundo entero.
Mundo que tiene sentido por un respiro del tiempo...
Tonterías de ti amor, que todo lo conviertes en utopía, no... es la esperanza que te contagia con ideas vanas...
Pretendes tú amor, que haya una vacante por este espacio, no te engañes que el espacio es infinito...
Infinito como no lo es el agua pero, si el aire, como no lo es la tierra pero, si el fuego, aunque... podría ser falacia
Falacia que puede ser cierta y melancolía que llena el pecho...
Y aunque el pecho ya esté lleno sigues tú con tu amiga la esperanza, diseñando planes para un futuro incierto.
Futuro que no es comprado, ni regalado sino creado...
Pero si he de crearlo, que el universo me permita tortuosamente... crearlo a tu lado...
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