Credo humano y laico.
Yo, como un ser humano razonable, creo en ser sincero con uno mismo y con los demás. En tratar a la gente con consideración y dignidad. Creo que todos debemos asumir las consecuencias de nuestras acciones y hacernos responsables de lo que decimos. Creo en el sentido del humor porque me ayuda a enfrentar los desafíos de la vida y me permite encontrar alegría en situaciones difíciles. Creo en la importancia de mostrar empatía y comprensión hacia los demás. Creo en actuar con coherencia y congruencia de acuerdo a los valores humanos fundamentales. Creo en ayudar a los demás sin esperar una retribución especial o un premio divino. Creo que hay que aceptar y respetar la diversidad de pensamiento, formas de ser, de amar o de vivir siempre y cuando no afecten o se quieran imponer a los demás. Creo en que uno debe saber conducirse en la vida, apreciando y reconociendo con gratitud todo lo que tenemos, y todo lo que recibimos de los demás. Creo en que todos debemos comportarnos con nobleza, decoro, lealtad, generosidad, honestidad, integridad, equidad, autocontrol y decencia. Así que, aunque no creo en ningún ser divino, mi confianza en la humanidad y en mis valores me brindan una satisfacción muy especial, y una dignidad que es mucho más valiosa para mí que la que se puede obtener simplemente siguiendo una fe heredada. No necesito creer en un dios para obtener premios o evitar castigos. ¡Mi ética es mucho más genuina y auténtica que eso!
Y solo para aclarar:
Los ateos no creemos en la existencia de ningún ser supremo ni deidad religiosa o espiritual. La mayoría buscamos respuestas en la ciencia y en la razón, no necesitamos a ningún ser divino que nos lleve de la mano por la vida, nos dé nada o nos cuide. Cada ateo tiene sus propios valores, pero todos estamos de acuerdo en algo: si no hay pruebas razonables, no nos vamos a tragar cualquier mentira. Es solamente sentido común.
¿Qué piensan?
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